del Saz, Julián

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Los seguros de la empresa y el empresario

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Introducción A este libro lo podríamos llamar El reto de los seguros de empresa. Nuestro objetivo es que el lector adquiera los conocimientos que le permitan disponer del programa de seguros óptimo para su negocio. Que este le proteja de los riesgos principales a los que esté expuesto, al menor coste posible, y con garantía de buen servicio. El no tener esto resuelto le puede provocar mucha inseguridad y «quebraderos de cabeza». Incluso, en el peor de los casos, podría enfrentarse a un siniestro importante que, por no estar asegurado, causase un perjuicio serio a la empresa y, como mal mayor, hasta su desaparición. Si alguna vez se ha enfrentado a la tarea de tener que gestionar los seguros de su empresa, probablemente haya comprobado que no es un tema fácil. Por un lado, debemos pensar que los seguros de la empresa deben protegerla de los principales riesgos a los que esté expuesta en función de su actividad. Esto es fácil de decir, pero muchas veces es difícil de concretar. En muchas empresas los riesgos que les afectan no están bien identificados ni valorados. Esto se puede hacer mediante un Mapa de Riesgos, concepto que desarrollaremos más adelante, cuya finalidad no solo es identificar esos peligros, sino valorar sus potenciales consecuencias y las posibles medidas para aminorarlos. Los riesgos empresariales los podremos clasificar según el área de la empresa a la que afecten, o según el tipo de coberturas y activos implicados. El ser humano tiende a un optimismo innato, que le lleva a ignorar las amenazas que lo rodean, o a infravalorarlas. Y lo mismo pasa en muchas empresas. Además, el cambiante mundo en que vivimos y la expansión de muchas empresas en terrenos poco conocidos, las lleva a estar expuestas a nuevas amenazas que hasta hace poco serían inimaginables. Los riesgos tecnológicos o los ciberataques son buenos ejemplos. La globalización obliga a muchas sociedades a trabajar fuera de su ámbito tradicional, en países, contratos o jurisdicciones con las que no están familiarizadas. Todo ello conlleva nuevas e infravaloradas amenazas. Afortunadamente muchos de esos riesgos van ligados a oportunidades. Es decir, son «riesgos recompensados». Abrir una delegación en otro país conlleva riesgos importantes, pero se hace esperando un beneficio futuro. Cuando abordamos el tema de los seguros de empresa, debemos tener claro el valor y la protección que nos aportan. Obviamente, las empresas tienen presupuestos, y a la hora de comprar seguros tendremos que valorar lo que nos cuestan, lo que nos aportan y encajar su coste en los presupuestos. Habrá algunos seguros que serán casi imprescindibles –o incluso obligatorios–, cuya necesidad no nos plantearemos. Esta obligatoriedad podrá venir del marco regulatorio aplicable donde realicemos nuestra actividad, o también por las obligaciones legales que asuma nuestra empresa en sus contratos. Habrá otros seguros que consideremos «opcionales». Es decir, no serán imprescindibles, y los valoraremos en función del nivel de protección que aporten. Unos cubrirán el patrimonio de la empresa, otros nuestra cuenta de resultados, otros protegerán nuestras responsabilidades ante terceros, y otros proporcionarán una cobertura a las personas de la empresa. Pero todos ellos nos permitirán estar mejor protegidos ante imprevistos. Además, los seguros suelen usar un lenguaje poco claro, que los hace difíciles de entender. La famosa «letra pequeña», ese enemigo que hace que a veces los asegurados no cobren siniestros que esperaban cobrar. Cualquier seguro es un contrato entre dos partes, el que compra el seguro —el tomador, ya sea un particular, autónomo o empresa—, y el asegurador. Esto implica que en cualquier póliza de seguros se suman el lenguaje jurídico propio de un contrato, con el vocabulario específico del sector asegurador, ambos ininteligibles para casi todo el mundo, desarrollados durante cuarenta o cincuenta páginas. La gran mayoría de personas tienen un desconocimiento enorme de conceptos jurídicos y también aseguradores. Incluso si pensamos en profesionales con experiencia y titulación universitaria, este desconocimiento también es importante. Esto responde a que, en la práctica, no hay ninguna formación universitaria específica sobre seguros. El seguro se aprende trabajando. Lo más cercano en conocimiento sería la licenciatura de Derecho, aunque el tema del «contrato de seguro» suele ocupar unas pocas horas en los cuatro años de carrera. El enrevesado lenguaje jurídico y el propiamente asegurador, la farragosa estructura de las pólizas y el desconocimiento generalizado de la materia, provocan numerosas sorpresas y dificultades en la gestión de los seguros. Y entonces, ¿qué hacemos? Ya habrá llegado a la conclusión de que el mundo de los seguros no es fácil. Gestionar los seguros de su empresa y tener la tranquilidad de que está bien protegido, sin despilfarrar dinero, lleva tiempo, análisis y un buen asesoramiento. Normalmente, contratar los mejores seguros requerirá conjugar cuatro factores: buenas coberturas adaptadas a los riesgos de la empresa, alternativas de primas de mercado, un asesoramiento de un mediador que le inspire confianza, y el servicio y solvencia de la aseguradora con la que contrate cada seguro. De este párrafo se desprenden varios conceptos fundamentales en la gestión de seguros: coberturas, alternativas, mercado, confianza, servicio y solvencia. Acertar a la hora de organizar los seguros es importante. Una equivocación puede provocar que no se cobre un siniestro. Y un gran siniestro mal asegurado puede precipitar el cierre de una empresa. ¡Más del 60% de las compañías que sufren un gran siniestro, echan el cierre en menos de doce meses! Por otro lado, la falta de optimización de los seguros puede implicar carencias o duplicidad de coberturas, a veces, mal servicio en la resolución de problemas, y otras, despilfarrar dinero por no tener optimizado su programa de seguros al coste correcto. Por eso con este libro queremos ayudarle a valorar mejor los riesgos de su empresa, a definir mejor los seguros aconsejables, a valorar la protección que le ofrece un seguro y las alternativas disponibles. Y, muy importante: buscar el equilibrio de protección y coste, teniendo asegurados los riesgos principales sin pagar primas en exceso.

Introducción A este libro lo podríamos llamar El reto de los seguros de empresa. Nuestro objetivo es que el lector adquiera los conocimientos que le permitan disponer del programa de seguros óptimo para su negocio. Que este le proteja de los riesgos principales a los que esté expuesto, al menor coste posible, y con garantía de buen servicio. El no tener esto resuelto le puede provocar mucha inseguridad y «quebraderos de cabeza». Incluso, en el peor de los casos, podría enfrentarse a un siniestro importante que, por no estar asegurado, causase un perjuicio serio a la empresa y, como mal mayor, hasta su desaparición. Si alguna vez se ha enfrentado a la tarea de tener que gestionar los seguros de su empresa, probablemente haya comprobado que no es un tema fácil. Por un lado, debemos pensar que los seguros de la empresa deben protegerla de los principales riesgos a los que esté expuesta en función de su actividad. Esto es fácil de decir, pero muchas veces es difícil de concretar. En muchas empresas los riesgos que les afectan no están bien identificados ni valorados. Esto se puede hacer mediante un Mapa de Riesgos, concepto que desarrollaremos más adelante, cuya finalidad no solo es identificar esos peligros, sino valorar sus potenciales consecuencias y las posibles medidas para aminorarlos. Los riesgos empresariales los podremos clasificar según el área de la empresa a la que afecten, o según el tipo de coberturas y activos implicados. El ser humano tiende a un optimismo innato, que le lleva a ignorar las amenazas que lo rodean, o a infravalorarlas. Y lo mismo pasa en muchas empresas. Además, el cambiante mundo en que vivimos y la expansión de muchas empresas en terrenos poco conocidos, las lleva a estar expuestas a nuevas amenazas que hasta hace poco serían inimaginables. Los riesgos tecnológicos o los ciberataques son buenos ejemplos. La globalización obliga a muchas sociedades a trabajar fuera de su ámbito tradicional, en países, contratos o jurisdicciones con las que no están familiarizadas. Todo ello conlleva nuevas e infravaloradas amenazas. Afortunadamente muchos de esos riesgos van ligados a oportunidades. Es decir, son «riesgos recompensados». Abrir una delegación en otro país conlleva riesgos importantes, pero se hace esperando un beneficio futuro. Cuando abordamos el tema de los seguros de empresa, debemos tener claro el valor y la protección que nos aportan. Obviamente, las empresas tienen presupuestos, y a la hora de comprar seguros tendremos que valorar lo que nos cuestan, lo que nos aportan y encajar su coste en los presupuestos. Habrá algunos seguros que serán casi imprescindibles –o incluso obligatorios–, cuya necesidad no nos plantearemos. Esta obligatoriedad podrá venir del marco regulatorio aplicable donde realicemos nuestra actividad, o también por las obligaciones legales que asuma nuestra empresa en sus contratos. Habrá otros seguros que consideremos «opcionales». Es decir, no serán imprescindibles, y los valoraremos en función del nivel de protección que aporten. Unos cubrirán el patrimonio de la empresa, otros nuestra cuenta de resultados, otros protegerán nuestras responsabilidades ante terceros, y otros proporcionarán una cobertura a las personas de la empresa. Pero todos ellos nos permitirán estar mejor protegidos ante imprevistos. Además, los seguros suelen usar un lenguaje poco claro, que los hace difíciles de entender. La famosa «letra pequeña», ese enemigo que hace que a veces los asegurados no cobren siniestros que esperaban cobrar. Cualquier seguro es un contrato entre dos partes, el que compra el seguro —el tomador, ya sea un particular, autónomo o empresa—, y el asegurador. Esto implica que en cualquier póliza de seguros se suman el lenguaje jurídico propio de un contrato, con el vocabulario específico del sector asegurador, ambos ininteligibles para casi todo el mundo, desarrollados durante cuarenta o cincuenta páginas. La gran mayoría de personas tienen un desconocimiento enorme de conceptos jurídicos y también aseguradores. Incluso si pensamos en profesionales con experiencia y titulación universitaria, este desconocimiento también es importante. Esto responde a que, en la práctica, no hay ninguna formación universitaria específica sobre seguros. El seguro se aprende trabajando. Lo más cercano en conocimiento sería la licenciatura de Derecho, aunque el tema del «contrato de seguro» suele ocupar unas pocas horas en los cuatro años de carrera. El enrevesado lenguaje jurídico y el propiamente asegurador, la farragosa estructura de las pólizas y el desconocimiento generalizado de la materia, provocan numerosas sorpresas y dificultades en la gestión de los seguros. Y entonces, ¿qué hacemos? Ya habrá llegado a la conclusión de que el mundo de los seguros no es fácil. Gestionar los seguros de su empresa y tener la tranquilidad de que está bien protegido, sin despilfarrar dinero, lleva tiempo, análisis y un buen asesoramiento. Normalmente, contratar los mejores seguros requerirá conjugar cuatro factores: buenas coberturas adaptadas a los riesgos de la empresa, alternativas de primas de mercado, un asesoramiento de un mediador que le inspire confianza, y el servicio y solvencia de la aseguradora con la que contrate cada seguro. De este párrafo se desprenden varios conceptos fundamentales en la gestión de seguros: coberturas, alternativas, mercado, confianza, servicio y solvencia. Acertar a la hora de organizar los seguros es importante. Una equivocación puede provocar que no se cobre un siniestro. Y un gran siniestro mal asegurado puede precipitar el cierre de una empresa. ¡Más del 60% de las compañías que sufren un gran siniestro, echan el cierre en menos de doce meses! Por otro lado, la falta de optimización de los seguros puede implicar carencias o duplicidad de coberturas, a veces, mal servicio en la resolución de problemas, y otras, despilfarrar dinero por no tener optimizado su programa de seguros al coste correcto. Por eso con este libro queremos ayudarle a valorar mejor los riesgos de su empresa, a definir mejor los seguros aconsejables, a valorar la protección que le ofrece un seguro y las alternativas disponibles. Y, muy importante: buscar el equilibrio de protección y coste, teniendo asegurados los riesgos principales sin pagar primas en exceso.

ISBN: 9788412139426 | 978-84-12139-42-6

ISBN: 9788412139426

Fecha de Publicación: 24/02/2020

Encuadernación: Tapa blanda o Bolsillo

Idioma: Castellano

Edad de interés:

Número de páginas: 330

Peso: 540grg

Dimensiones: 220mm X 145mm X 18mmmm

Materias: Seguros y estudios actuariales | Seguros y estudios actuariales

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