Magdalena Salamanca es compañera de taller desde hace más de una década. Hemos cambiado varias veces de sede, hemos cambiado de horario, y hasta de aspecto, pero ninguna de esas cosas impidió seguir trabajando para la poesía, que hoy nos convoca. Magdalena es, entre otras cosas, Psicoanalista de la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, Vicepresidenta de la Juventud Grupo Cero, Consejera Delegada de la Productora Cinematográfica Cinenormal. Y forma parte de la Escuela de Poesía Grupo Cero desde 1993. Publica: En 1995 en Talleres de Poesía I, en el 2.000 con otros autores Armas de mujer. En 2.003 la Asociación Pablo Menassa de Lucia en su 4ª convocatoria, concedió a su libro Estallidos del deseo el tercer premio (ex aequo). En 2007 publica HABITACIÓN 501, libro que paso a presentar. De los brazos de una madre que nos salva y nos acompaña hasta que crecemos, hay que despedirse en algún momento para que la vida sea otra vida que la de nuestros mayores. La poeta nos dice que para eso es preciso hacer un trabajo y sobre todo hablar. Mejor hablar,dijiste, y aquí me tienes, tendida sobre este cuero frío/distorsionando ante ti, mis palabras. No estamos solos, es por eso que necesitamos de la palabra para relacionarnos con los otros y también con ese Otro que es la poesía. Magdalena, en su libro, nos dice que se trata de decisiones. Una de ellas: Dejo que las palabras se abran en mí,/despierto cada día galopando sobre el verbo/y sueño con exterminar aquellas frases/tejidas en pieles ajenas/que, hasta ahora, fueron mis vestiduras. Leyendo el libro parece sencillo. Ese dejar que las palabras se abran en ella, va transformando las frases. El sentido de las palabras en estas nuevas combinaciones es otro, nos hablan de otro sujeto y por lo tanto de otra historia. Por ejemplo, vemos cómo la palabra dictadura de la primera sección: recorrer a escondidas, de las dictaduras, el diccionario… se transforma, a medida que vamos pasando las páginas, en: Candidatos al refugio eterno,/ caímos por el desagüe/ cuatro o cinco veces,/ antes de buscar en las cloacas del corazón/ el motivo siguiente para alcanzar/ con la punta de los dedos/la extrema dictadura de la palabra. En la tercera sección, A través de la ventana, la poeta se permite jugar con las palabras, ya no se trata de una búsqueda o de una salvación sino de la tranquilidad de quien ha tomado una decisión y sigue adelante con ella. Eso del tintero vacío sobre la mesa/y, después, el reguero de tinta que me goza/ cuando nadie me ve, ni tú, ni él, ni siquiera/la mano que transita, lentamente,/la piel desnuda del poema. En un mundo inexplicable, impreciso, sucio y cruel, la poeta viene a decirnos que existe la palabra y que hablando es posible el amor, la sexualidad, la vida… y en la vida está la muerte y, también, lo que de maravilloso y miserable hay en el ser humano. Hablar es un trabajo, es preciso sumergirse en las letras y decir, escribir, dejando que ellas sean las que vayan produciendo la vida. La poeta es joven, pero su poesía muestra una madurez a la que no es posible llegar sino con un trabajo constante y una fuerte implicación en la poesía. Sí, es cierto, somos jóvenes/ pero sabemos que un hombre sitiado,/privado de la palabra, / no es un hombre. Gracias, Magdalena y Enhorabuena. Cruz González «El blog maravilloso»
ISBN: 9788497550758 | 978-84-97550-75-8