Desde finales del S. XIX los pelotaris profesionales compitieron en popularidad con los más afamados toreros y se levantaron para el juego de pelota frontones con capacidadb para cuatro mil y inco mil esectadores y las comodidades de un teatro. Con el tiempo, todos esos frontones, excepto el Beti Jai qe sobrevive en ruinosas condiciones en la calle Marqués de Riscal, fueron desaareciendo.
ISBN: 9788498732139 | 978-84-98732-13-9